Una historia que refleja la vulnerabilidad de muchas jóvenes del interior del país conmueve hoy a Panamá. Se trata de una chica de la comarca Ngäbe-Buglé, quien viajó a la capital tras ser contratada como empleada doméstica por 15 días, con la esperanza de obtener un ingreso económico.
Pero su realidad fue otra. Tras cumplir con sus obligaciones, no recibió el pago acordado. Peor aún, fue llevada hasta una estación de buses, donde la abandonaron a su suerte.
En medio de la incertidumbre, un supervisor de MiBus y unidades de la Policía Nacional intervinieron, logrando rescatar a la joven. Acto seguido, el Centro de Orientación y Atención Integral Juan Pablo II le brindó cobijo inmediato, asegurando un espacio seguro para que descansara en una pensión cercana.
Horas después, el centro informó que la muchacha emprendió el regreso a su comunidad en la madrugada, con apoyo económico brindado por personas solidarias. En el mismo comunicado, se pidió no realizar más aportes monetarios.
Este caso deja en evidencia la importancia de velar por los derechos de las trabajadoras domésticas.
